En ocasiones, como padres nos resulta imposible proteger a nuestros hijos de todas las situaciones que los pondrán a prueba.
Principalmente, porque los niños deben crecer y desarrollarse en ambientes donde los padres no podemos, ni debemos, echarles una mano.
Para ello, la mejor ayuda que podemos aportarles, es la autoestima.
La autoestima se expresa a través de las emociones y sentimientos que el niño muestra, y depende en buena medida de su autoimagen y su percepción de autoesficacia.
Es decir, si el niño está confiado en sus propias habilidades y capacidades, es lógico que desarrolle una alta autoestima.
¿Cómo podemos ayudarles?
En primer lugar, los adultos debemos ser un ejemplo a seguir, ya que, nuestros hijos aprenderán de nuestra manera de ser y hacer.
Es por eso que, debemos cuidar nuestra propia autoestima, así como nuestros hábitos y valores.
Por otro lado, también hay que ponerles límites y normas, para que nuestros hijos se desarrollen correctamente.
Como es obvio, dichas normas deben ser lógicas y racionales, sino lo que harán será confundirlos.
Al igual que, a la hora de regañarles, tenemos que centrarnos en la conducta inapropiada, sin criticarlo personalmente.
Asimismo, tenemos que valorar el esfuerzo y no los resultados.
Ya que, cuando no logre los resultados esperados, al estar acostumbrado a ser premiado por esos resultados, las secuelas del fracaso pueden ser graves.
También debemos ayudarles a que asuman ciertos riesgos, no sobre protegerlos de ellos. Solo así podrán ir mejorando sus habilidades.
No obstante, no debemos exagerar sus logros y aptitudes, pero tampoco evitar que cometa errores, pues solo así aprenderán.
Lo principal es, demostrarles amor incondicional,sin condiciones ni resultados, y también hacer que se quieran así mismos tal y como son.
Pero, no podemos olvidarnos de la principal ayuda para mejorar la autoestima, y es el tiempo de calidad.
La mejor ayuda es pasar tiempo de calidad con ellos, demostrándoles así que son lo más importante para nosotros.